Vulnerabilidad Authentication
La vulnerabilidad de autenticación web se refiere a debilidades en los mecanismos que verifican la identidad de los usuarios. Si estos sistemas no son seguros, un atacante podría hacerse pasar por un usuario legítimo, obteniendo acceso no autorizado a datos sensibles o a la funcionalidad de la aplicación.
Tipos comunes de vulnerabilidades de autenticación
1. Credenciales débiles y reutilizadas 🔑
Muchos usuarios eligen contraseñas fáciles de adivinar, como "123456" o "password". Los atacantes pueden usar ataques de fuerza bruta o diccionarios para probar miles de contraseñas por segundo hasta encontrar la correcta. Además, si un usuario reutiliza la misma contraseña en varios sitios, un relleno de credenciales (credential stuffing) puede ser exitoso.
2. Contraseñas por defecto 🙈
Dispositivos y aplicaciones a menudo vienen con contraseñas predeterminadas, como "admin" o "1234". Si los usuarios no las cambian, un atacante puede acceder fácilmente.
3. Falta de bloqueo de cuentas 🔒
Sin un mecanismo que bloquee una cuenta después de varios intentos fallidos de inicio de sesión, un atacante puede realizar un ataque de fuerza bruta indefinidamente.
4. Sesiones inseguras 🍪
Cuando un usuario inicia sesión, se crea una sesión para mantenerlo autenticado. Si el identificador de sesión (session ID) no es lo suficientemente complejo o se transmite sin cifrar, un atacante podría capturarlo y secuestrar la sesión, haciéndose pasar por el usuario.
5. Controles de acceso rotos 🚫
A veces, incluso si la autenticación inicial es segura, la aplicación no comprueba adecuadamente si el usuario tiene permiso para acceder a una determinada página o recurso. Esto se conoce como Acceso a datos a nivel de objeto roto (Broken Object Level Authorization - BOLA), donde un atacante puede manipular la URL o las solicitudes de la API para acceder a los datos de otros usuarios.
Cómo prevenir estas vulnerabilidades
Usar autenticación multifactor (MFA): Requerir una segunda forma de verificación además de la contraseña, como un código enviado al teléfono.
Forzar contraseñas fuertes: Implementar políticas de complejidad de contraseñas y prohibir el uso de las más comunes.
Limitar intentos de inicio de sesión: Bloquear cuentas temporalmente después de una cantidad de intentos fallidos.
Usar HTTPS: Cifrar toda la comunicación entre el navegador y el servidor para evitar que las credenciales o los identificadores de sesión sean interceptados.
Actualizar y parchar sistemas: Mantener el software de autenticación y el sistema operativo al día para corregir vulnerabilidades conocidas.
No usar credenciales por defecto: Exigir a los usuarios que cambien las contraseñas predeterminadas al configurar un nuevo dispositivo o aplicación.